Jimena Eraso y Johanna Otero.

Imagina estar en la playa, tocando la arena, bajo el sol y a centímetros del mar, pero a eso añadirle la posibilidad de practicar tenis. No es una idea para nada alocada. De hecho, ya son un buen número de países que le han apostado al beach tennis –regido por la Federación Internacional de Tenis- y naciones conocidas por sus hermosas playas, como Brasil, Italia o Venezuela, han logrado de este un deporte popular; incluso, Rusia, Alemania, Francia y Estados Unidos se han metido en la onda de esta disciplina tan atractiva, que combina la actividad física con el ambiente festivo de estar cerca de las olas.

Se juega en una cancha de 16 m x 8 m, con una red instalada a 1.70 m de altura, una raqueta –llamada también pala- y una pelota sin presión. Tiene el mismo sistema de puntuación que el tenis convencional (pero sin ventaja luego del deuce) y es más común que se juegue en equipos de dobles.

Desde el 2008, la ITF desarrolla el circuito mundial de esta modalidad, que cuenta con torneos en diferentes países y segmentados en categorías, donde la 1 es la de mayor relevancia (entregando desde 35 mil dólares en premios y 400 puntos) y la 5 la de menor escala, en la que solo se otorgan puntos. Es tanta la acogida que en su primer año solo se organizaron 13 eventos y esta temporada hay más de 170 campeonatos.

En Colombia aún no es una disciplina muy desarrollada; sin embargo, uno de los objetivos de la Federación Colombiana de Tenis en su Plan de Acción 2018-2021 es empezar a difundirlo y posicionarlo en el territorio, aprovechando la buena cantidad de playas existentes y la facilidad en la adaptación de escenarios que cumplan las condiciones para practicarlo hasta en lugares del interior. Uno de los primeros pasos se dio en el corregimiento Caño del Oro, en Cartagena, donde la Fundación Ilusión Caribe tomó la batuta en este deporte y cerca de 60 niños ya realizan prácticas: allí Fedecoltenis bonificó con el carné nacional a cinco representantes y entregó materiales de masificación.

El escaso auge de la disciplina en el país no ha sido un impedimento para tres colombianos, quienes a pesar de estar radicados en el exterior, sienten el orgullo de jugar bajo la bandera tricolor, fueron capaces de superar barreras y tienen la ilusión de hacerse un espacio en este deporte, en el que reconocen que, así como el tenis de campo, el camino al profesionalismo puede ser duro y complicado.

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Un equipo armado por casualidad

Jimena Eraso y Johanna Otero.

Hace tres años, Johanna Otero quiso participar en los Juegos Panamericanos de Aruba, sin embargo, necesitaba una compañera para poder disputar el dobles femenino. No conocía a alguna otra colombiana que practicara el tenis playa, pero por casualidad terminó formando equipo y amistad con Jimena Eraso.

“Yo busqué en el listado de la ITF y encontré que Jimena estaba ahí. Me puse en contacto con ella y le dije que jugáramos juntas”, comenta Johanna, oriunda de Montería, pero residente en Venezuela. “Viajé a Aruba y jugamos el torneo. Nosotras no tuvimos la oportunidad de practicar y perdimos en el primer partido. Fue frustrante la primera vez, pero después fui más a Aruba para practicar y seguir conociéndonos”.

En 2017 volvieron a hacer pareja en el torneo y tuvieron que enfrentar a las brasileras Joana Cortez y Raffaella Miller, las primeras sembradas y luego campeonas del Panamericano.

Jimena Eraso, quien nació en el municipio de Taminango (Nariño), lleva ocho años viviendo en Aruba y desde hace cinco empezó a jugar con frecuencia el beach tennis. Odontóloga de profesión, es una amante de los deportes y encontró en este el mejor complemento al vivir en una isla rodeada de kilómetros de mar.

“Estamos en Aruba y hay playas por todas partes. Soy una persona a la que le encantan mucho los deportes: siempre estoy en el gimnasio, haciendo crossfit o corriendo. El tenis plata es algo muy divertido y empecé en él como por hacer algo, pero luego se convirtió en algo más profesional, estuve entrenando mucho”, expresa Eraso.

En la isla este es uno de los deportes más populares, lo que le permite tener competencias nacionales e internacionales, ya que cada uno o dos meses alberga un evento avalado por la Federación Internacional de Tenis.

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La influencia del tenis playa en Venezuela para Johanna

Johanna Otero decidió estudiar ingeniería civil, se fue a Estados Unidos a hacer un Master y Doctorado en Ingeniería de suelos, se casó con un venezolano con quien tiene dos hijos y no pensó que en este país se enamoraría también del tenis playa.

“Aquí (en Venezuela) el tenis playa inició como hace 7-8 años luego que dos jugadores llegaran al top 10 mundial, entonces la Federación de Venezuela le dio mucha importancia y la gente empezó a practicarlo”, manifiesta. “Lo conocí por casualidad, hace como seis años, porque vivía muy cerca de una cancha”.

Aunque muy poco ha viajado para competir internacionalmente, Johanna se ha curtido del buen nivel que hay en Venezuela. “Tienen más o menos siete jugadores en el top 100 y he tenido la oportunidad de jugar con 5 de ellos. También he ganado 5 torneos nacionales en los últimos tres años. Fui número 9 nacional y como no pude ir a los últimos torneos, ahora pasé a ser la número 16”.

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Andrés Pava y el sueño de ser profesional

Andrés Pava.

Cuando sus padres lo llevaron de vacaciones a Aruba estando muy pequeño, Andrés Pava quedó enamorado de la isla, tanto que terminaron trasladándose allá definitivamente. Ya conocía el tenis playa por un primo que lo practicaba, pero desde hace un año lo tomó en serio. “Yo iba los viernes con mis amigos a donde están las canchas a jugar un poco y pasarla bien, pero desde ahí me gusto porque uno siente que es de otro mundo, uno se relaja y se olvida de los problemas”, expresa el nacido en Bogotá que ahora practica hasta cinco veces por semana en la liga local.

Solo tiene 17 años y todavía cursa bachillerato, sin embargo, esto no ha sido impedimento para ya contar con títulos en su palmarés: hace pocos días fue campeón en el AMC Unicon, un torneo válido para el ranking de la ITF. “A mí me gustaría dedicarme profesionalmente al tenis playa, tenerlo como carrera. Pero quiero terminar el bachillerato porque uno no sabe lo que pueda pasar, una lesión jugando o algo parecido, y por lo menos tengo un diploma que me permitiría ir a la universidad”.

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Desde este viernes compiten en los Panamericanos de Aruba

Del 9 al 11 de noviembre, Oranjestad, la capital de Aruba, acogerá por tercer año seguido el Panamericano de tenis playa, evento donde estarán presentes Argentina, Aruba, Brasil, Chile, Curazao, Ecuador, Puerto Rico, Estados Unidos, Venezuela y Colombia, siendo nuestro país representado por Jimena, Johanna y Andrés.

Jimena Eraso y Johanna Otero.

“A nivel regional es lo más importante que hay en tenis playa”, comenta Otero, quien participará en dobles femenino con Eraso; mientras que Andrés jugará el dobles mixto (con Jimena Eraso) y se convertirá en el primer hombre colombiano en jugar este torneo.

“Allí estás representado al país y por eso estoy muy ilusionado, porque yo quiero llegar lejos en el tenis playa. Hasta ahora estoy empezando y quiero jugar por Colombia; de hecho, nunca pensé que llegaría a jugar por un país”, dice Andrés.

En los Panamericanos se juega en las modalidades de dobles masculino, dobles femenino, dobles mixto; además, hay espacio para las categorías Sub 16, Sub 14 y Sub 12.

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“El que prueba el tenis playa, se queda con el tenis playa”

Andrés Pava con la medalla ganada en el torneo AMC Unicon en Aruba.

Los tres no dudan en afirmar en lo atrapante que puede ser este deporte, el cual combina un ambiente lleno de música, sol, arena y diversión. “Es un deporte demasiado relajante con solo quitarte los zapatos y estar en contacto con la arena”, expresa Johanna.

Mientras que Jimena apunta en las condiciones que se deben tener para empezar a jugarlo. “Tienes que ser una persona muy deportiva y lo importante es tener control sobre el cuerpo y un buen balance”. Y para Andrés “lo principal para el tenis playa es tener condición en la medida que uno siempre está corriendo en la arena y eso cansa más que estar en una plataforma plana”.

Ahora para ellos la ilusión es participar en el ANOC World Beach Games 2019, la primera versión de los Juegos Mundiales de Playa que se disputarán en octubre en la ciudad de San Diego (Estados Unidos). El apoyo que puedan recibir es fundamental: estar en esta plataforma puede visibilizarlos y fomentar la práctica en los jóvenes colombianos.

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