Juan Sebastián Díaz.
Por Alejandra Téllez
Peloteos largos en un calor infernal, rostros contrariados en cada lado de la cancha y un match point por disputar hacían parte de lo que se vivía en los campos de la Liga de Tenis del Atlántico minutos antes de que Juan Sebastián Díaz se consagrara campeón del torneo ITF de silla de ruedas disputado en Barranquilla.
“Cuando gané el Barranquilla Open (second draw 2016) fue algo muy chévere porque es como esos torneos en los que vas con la mejor disposición a dar todo de ti. Ahí te das cuenta que vas por el camino que es y eso es lo más importante”.
Este joven, de 21 años, encontró en el tenis una nueva forma de vivir. Hijo único y con un carácter de guerrero, se convirtió en un gran exponente del tenis para discapacitados en el país.
Hace seis años, la soledad y la inseguridad hacían parte del diario vivir de este deportista. Su rutina diaria era bastante monótona y, a falta del deporte, optaba por el encierro como primera opción. “Antes de hacer deporte no hacía nada, de pronto con alguien que recién conocía no era tan abierto. Antes, cuando estaba en una silla de ruedas, me daba pena hablar con alguien”.
“Siempre sentí que me hacía falta más independencia, quería sentirme capaz de hacer las cosas por mí mismo, pero siendo una persona discapacitada no era tan fácil”, comentó este guerrero del tenis.
El aislamiento y la falta de libertad llegaron a su fin cuando el tenis llegó a su vida a los 15 años. Con la habilidad que demostró para los deportes, a pesar de su incapacidad, Díaz sobresalió desde sus primeros entrenamientos, un hecho que le dio un giro a su vida. “Yo comencé a entrenar en la Corporación Semillas sin Barreras, entrenaba por pura diversión. Después de un tiempo el entrenador Édgar Alexander Pinzón vio cómo jugaba, que tenía muchas ganas e hizo una convocatoria. Ahí empecé a entrenar tres días a la semana y se fueron dando las cosas”
Sin embargo, la vida en un país lleno de discriminación y con políticas poco incluyentes para la población discapacitada, sumada a la dificultad que representa el aprender algo nuevo, hicieron que Díaz se viera tentado a dejar de practicar este deporte tras sólo unos meses de haber iniciado en el tenis. Trayectos de más de dos horas para llegar a entrenar, dificultades para subir a los buses y el fuerte degaste de este trajín, eran parte de las complicaciones que impedían que este tenista pudiera emerger en una ciudad como Bogotá. “Para una persona con discapacidad en un país en donde no hay inclusión se hace mucho más difícil, todo eso complica”.
Varios meses transcurrieron en los que la idea de llegar al circuito profesional se iba esfumando cada vez más; no obstante, el sueño de ser un tenista de talla mundial y el apoyo de su mamá fueron más que suficientes para que la raqueta bogotana siguiera persiguiendo su sueño en el tenis profesional. “Mi mamá ha sido la gran patrocinadora de mis sueños, me ha ayudado a salir adelante a pesar de todas las dificultades. En los momentos más duros siempre estuvo ahí, y me ayudó cuando quise dejar todo”.
De ahí en adelante fue borrón y cuenta nueva. En 2015, la Lidesports (Liga de Discapacidad Física) le tendió la mano y le dio la posibilidad de resurgir en el tenis. “Ya llevo tres años con ellos. Estoy muy motivado y pues cada día quiero mejorar, ir a más torneos. Lo importante es tener fe en que se saquen cosas buenas de lo que uno hace”.
Cada esfuerzo trae su fruto y fue en 2017 que la vida se confabuló a favor de Díaz cuando se consagró campeón del segundo cuadro de dobles en la Copa Gugen Kuerten en Florianópolis (Brasil), lo que le reafirmó que iba por el camino correcto y que todo el esfuerzo había valido la pena. “Un torneo muy lindo, de los más lindos que he jugado, entras al cuadro con rivales duros. Haberles ganado a unos franceses que estaban dentro de los mejores del mundo y después vencer en la final a Brasil, fue algo demasiado gratificante para mí. Es un torneo al que le tengo mucho cariño por eso.”
La entrega, la motivación y el sueño de seguir escalando en el ranking mundial, han sido suficientes para que Juan Sebastián Díaz continúe con su carrera. Al día de hoy, ocupa el cuarto puesto en el ranking nacional y 194 en el escalafón mundial, y ahora se prepara para el Abierto de Colombia, uno de sus principales retos como profesional: “Es uno de los torneos más importantes acá. Hay jugadores muy buenos y me gustaría terminar con el mejor ranking posible; si se puede estar ya cerca del top 100”.
“Mi sueño más grande como deportista es ser un referente del tenis en Colombia, jugar torneos importantes, siempre representar muy bien a mi país, a mi ciudad”, sostiene este guerrero a quien el tenis le enseñó que la vida es bella.
Prensa
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Directora de Comunicaciones: Alejandra Hernández Orozco
Periodista: Fabián Valeth Orozco
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