La combinación perfecta, esa parece ser la que tiene Emanuel Arias. Con apenas 12 años el jugador nacido en Armenia tiene claro que hoy su amor es por el tenis y el ajedrez, es por eso que combina los dos sin ningún problema.

 

Emanuel hace las veces de local en el Club Campestre y conforma el amplio grupo de tenistas que hacen parte del J60 que se cumple en su ciudad.

 

Su thermobag a simple vista es uno más, dentro están las raquetas, algunas bolas, cuerdas y cosas muy usuales dentro de los jugadores de tenis, pero el tablero de ajedrez no se puede quedar atrás ya que se ha convertido en un as bajo la manga durante la competencia.

 

"El ajedrez necesita de mucha tranquilidad, de pensar cada movimiento con mucha inteligencia, me gusta llevar el cerebro al máximo", asegura Emanuel con su mirada fija al tablero pero sin dejar a un lado su raqueta.

 

Desde los 3 años comenzó sus clases de tenis y gracias a su dedicación ha tenido la oportunidad de estar en varios torneos. Hoy a los 12 años tiene muy claro que la balanza se inclina para el lado del tenis, pero consciente que con el ajedrez puede alcanzar la tranquilidad mental que le permita poner a futuro en jaque a sus rivales en la cancha.

 

"Todos los días entreno tenis, pero casi que a la par juego ajedrez, soy tranquilo, me gusta analizar y el ajedrez tiene mucho de esa parte", destaca el quindiano, mientras la mayoría de sus amiguitos están en sus partidos y haciendo otro tipo de actividades, el que se aleja y en cualquier espacio improvisado organiza una partida con el rival de turno.

 

Su cercanía al deporte ciencia se entiende cuando se confirma que es uno de los mejores estudiantes de séptimo grado de su colegio. La ciencia es una de sus materias preferidas y en sus ratos libres, cuando no está en una cancha de tenis o cerca al tablero de ajedrez le dedica tiempo para aprender mucho más.

 

"Es un niño muy inteligente, he jugado ajedrez siempre por eso él creció viendo las fichas, el tablero, me veía jugando y creo que de alguna manera ese ejemplo sirvió para que el hoy día le dedique tiempo. En realidad en casa estamos felices, porque es un niño que no está pendiente a un celular o la televisión" aseguró Luis Enrique Arias, el orgulloso padre de Emanuel.

 

Ya sea en la cancha con la mirada puesta en la bola y cada jugada de su rival o simplemente estudiando el tablero para ser un mejor jugador de ajedrez, así transcurre gran parte del tiempo de Emanuel Arias, quien a sus doce años, sabe que el tenis también tiene su ciencia.